Hace unos días desafortunadamente, viví la perdida de un ser luchador, entregado, alegre, bueno no terminaría de decir cualidades.
El punto es que te das cuenta que aunque hables de la muerte, sepas cosas sobre ella, jamas estas preparado.
No hay palabras de consuelo, a veces ni lugar para estar, el darte cuenta en tu vida diaria que esa persona no estará, es como una bomba, el no escuchar sus risas, sus ideas, compartir parte de su vida, sabes que el camino tiene su fin, que no sabes cuando acaba, y que los caminos se han separado.
Que difícil es la despedida de alguien, hay tantas palabras para decir, que no se puede en unos minutos, horas o días no se alcanzan a decir tantos recuerdos.
Es tan contradictorio el estar tranquilo por esa persona que esta tal vez mejor, pero al mismo tiempo se nos parte el alma por no compartir otro segundo de la vida.
Los días se hacen pesados, porque el volver a la rutina ya no es igual, te ha cambiado todo.
En realidad no hay palabras exactas para estos momentos, ni consuelo; el dolor es tan real, que parece un sueño.
podemos ir buscando esa paz dentro de nosotros, con el tiempo ir sanando las heridas y tratar de salir con mas fuerza por ti y por esa persona que ha partido; recuerda y vive.